Cercar en aquest blog

dimarts, 21 de gener del 2020

La autopsia de Jane Doe (2016)




André Øvredal, director con un solo largometraje en su haber, se hizo cargo de un trabajo que, a priori, parecía nimio y, por su temática, excesivamente manierista. Sin embargo, al visionar el film, uno se da cuenta que lo que tiene delante es algo diferente, y, aunque la complejidad de los personajes tiende a quedar de lado, sí que es cierto que pocas veces se ha visto una película con este nivel de calidad i de sordidez visual como la que tratamos.

La película tiende, de forma subrepticia, a colocar al espectador como integrante del reparto, y, gracias a una fotografía muy cuidada y absolutamente claustrofóbica, consigue un efecto enardecedor hacia el espectador, pues el ritmo del film ésa gil y en ningún momento nosotros (los espectadores) sentimos que nos encontramos por delante de la película.

Y esto, aunque no pudiera parecerlo en principio, es importante, pues el género de terror juega a sorprendernos, y si una película de terror se encuentra por detrás de nosotros el efecto sorpresa se diluye y la principal motivación del film queda ocultado, desperdiciado, por así decirlo.

La película funciona. Y funciona gracias, principalmente a dos factores: Los actores y una dirección, y puesta en escena muy sencilla aparentemente, pero tremendamente funcional.

En el primer apartado, nos encontramos dos actores que, gracias a su buena comunicación y relación delante de la cámara, hacen que la cinta tenga ese punto de realismo que necesita para compenetrarse con el espectador. Emile HirschBrian Cox, son los encargados de llevar a cabo la autopsia que generara todo lo que sucederá a posteriori. Resulta interesante la relación entre estos, pues tiende a medida que avanza la cinta, a enfriarse hasta llegar al clímax, donde todo vuelve a su lugar. Cox resulta ser excesivamente duro con un chico que hace todo lo posible para no dejar solo a su padre después de una dura perdida.

En lo referente al segundo apartado, Entre Roman Osin (director de fotografía) y el mismo Øvredal, consiguen crear un microcosmos, una ambientación que resulta más que adecuada para el tipo de película que nos quieren ofrecer.

La cinta, en su gran parte del metraje, está rodada en interiores, y la luz que utilizan para proyectar las emociones de los actores me parece acertadísima, tendiendo a palidecer las imágenes en momentos clave de la cinta.

Por otro lado, el guion no resulta excesivamente interesante, pues desconocemos las causas de lo sucedido, pero esto no es inconveniente pues el foco de la acción es otro: La desesperación de los personajes al encontrarse delante de la muerte. El intento sobrehumano de sobrevivir.

André Øvredal, es un director que, a nivel personal, creo que hay que seguir. Quizá su senda tienda a desviarse o, por el contrario, es posible que siga indagando, de forma tan personal, a cerca del origen del mal y hacia donde, este, pueda dirigirse.

En definitiva, una cinta altamente recomendable.

Vinieron de dentro de... (1975)



David Cronemberg, uno de esos directores a los que amas o odias con todas tus fuerzas, logra que me interese la película durante aproximadamente 30 minutos. Todo el resto de metraje me parece superfluo y absolutamente prescindible.

Podemos hablar de las interpretaciones. En general resultan sulfurantes la mayoría de ellas, sobreactuando y exagerando. Los actores en ningún momento consiguen transmitir absolutamente nada al espectador.

La historia, inicialmente, resulta interesante, pero pierde fuerza a medida que avanza el filme, y es culpa de un guion flojo y desangelado. Lo peor de todo es que da la sensación que ni tan siquiera el propio director se toma en serio su película.

La dirección de la cinta es plana. Exceptuando algunos planos concretos que, sí que me resultan interesantes, la dirección por parte de Cronemberg no ayuda a crear una atmosfera lo suficientemente creíble como para que el espectador tienda a involucrarse en la cinta. La manera que tiene de rodar el director resulta extremadamente austera y, si bien eso puede ser una virtud en algunos directores, en algunas de sus cintas, Cronemberg tiende a ralentizar la acción y llevar al espectador hacia momentos surrealistamente aburridos.

Cierto es que, en la película, Cronemberg habla de aquello que resulta una obsesión para él. El sexo como live motiv del ser humano sigue siendo, incluso en nuestros días, la baza más interesante que tiene el director canadiense para mantener adeptos. Y lo cierto es que Cronemberg utiliza el sexo como comunión humana, cono nexo comunicativo entre las personas (y en algunos casos con los objetos).

La película tiene innumerables referencias cinematográficas: Desde The invasión of the body snatchers (1963, Donald Siegel) hasta The night of the living dead (1968, George A. Romero). Pero resta muy lejos de tener la personalidad que las dos cintas a las que hace referencia, pues como hemos comentado, la cinta no cuida en exceso algunos detallas que son claves en el devenir de la historia.

Nos encontramos, pues ante una película de perfil bajo, que, si bien se puede ver, no deja un poso de recuerdo en nuestro cerebro. Es una película demasiado desangelada, como hemos comentado anteriormente, para que permanezca en nuestro recuerdo.

ESTAN VIVOS - 1988

Obra menor (¿?) de John Carpenter. Una crítica al establishment americano en particular y al capitalismo en general. Interesante en el fondo y en la forma. Aunque para ser justos, hay que reconocer que Carpenter no llega a tocar hueso.
El reparto es sencillo, y, evidentemente, carente de cualquier tipo de exabruptos académicos. Sin embargo, cumple perfectamente las expectativas Roy Piiper, Meg Foster,Keith David… actores que realizan su trabajo de forma profesional y más que aceptable. A demás, tiene la suerte de estar bajo las órdenes de un tipo como Carpenter. Un artesano de la industria que sabe sacar partido de los mimbres que tiene disponible en cada momento, en cada trabajo que realiza.
Cabe destacar, también, la música. Realizada por Carpenter con la ayuda de Alan Howarth. Llama la atención que se trata de una partitura más trabajada y compleja que las que Carpenter realizo para obras como, sobre todo Halloween y 1997 Rescate en Nueva york. Donde los sintetizadores y los teclados tenían una importancia elevadísima.
Como hemos mencionado al inicio de esta crítica. Resulta interesante la voluntad de Carpenter y, aunque no acaba de atizar todo lo que debería, hay que reconocer que intentar utilizar un argumento crítico en una película de ciencia ficción es más que de agradecer.
Y es que la cinta tiene ritmo, y en ciertos momentos grandes puntos de emoción. Carpenter hilvana una historia sencilla, pero muy efectiva y crea una película que, sin estar entre sus grandes obras maestras, si que tiene ciertos puntos que la hacen más que interesante.
No hay historia de amor. Eso es bueno. El director entiende que no puede perder el tiempo mostrando una historia paralela mientras la humanidad se va al carajo. Carpenter siempre ha sido un tío razonable. Y es que jamás entenderé cómo es posible que ciertos autores tiendan a obcecarse en mostrar historias que, realmente, jamás podrían suceder, más allá de las relaciones consanguíneas o paternofiliales.
La lucha de clases, el engaño. La rebelión del hombre contra las clases oligárquicas es el tema principal de la cinta. En un país dominado por la crisis, por el desencanto hay gente que aun cree que todo puede mejorar. Desgraciadamente lo que nos dice Carpenter es que, en su filme, en su historia, la humanidad pierde y se rinde a los extraterrestres necesitados no mano de obra humana.
Podríamos decir que la subtrama de la cinta tiene ciertos paralelismos con la invasión Nazi en Francia y como la resistencia luchaba no únicamente contra el invasor alemán, si no también (y que es lo peor), contra los colaboracionistas.
¿Entonces, donde podríamos colocar en una hipotética lista de cintas preeminentemente buenas de Carpenter? Pues posiblemente detrás de Halloween y de 1997: Rescate en Nueva York. Y si, a la altura de La cosa. ¿No es una buena película la cosa? Si, pero menos las citadas, en mi humilde opinión. La cosa tiende a resultarme, por momentos, ciertamente angosta, pesada. Pero reconozco que se trata de una cinta más que interesante.
En definitiva, una película más que aceptable, muy interesante, diría yo. Y si esto es una obra menor. Me encanta las obras menores.


divendres, 22 d’abril del 2016

Mi gran noche (2015)



No hi ha dubte que Alex de la Iglesia té un segell inconfusible. El plasma en totes les seves obres, fruites d'un altre paner són si aquest segell, inconfusible com hem dit, funciona en tots els generes que ha decidit tocar el director basc.

Amb aquesta Mi gran noche ens trobem davant d'una cinta que funciona només a mitges. Com a reclam social envers les injustícies que es produeixen en aquest país, com a ens motivador, sacsejador de les ments més encefalograficament planes, també pot funcionar bé, i com a crítica a les condicions de treball amb què els empresaris es lucren a costa dels treballadors també té cert toc interessant.

El que no funciona tant, o, mes que no funcionar, el que trastoca una mica el conjunt ( trastocament que, per cert, també forma part del segell anteriorment comentat), és el cresol, la ingent aparició de personatges purament dements (demència que, podríem atribuir sense equivocar-nos a unes codicions laborals infrahumanes), que formen un totum rebolutum que un servidor sempre ha arribat a criticar en cintes de de la Iglesia. I és que Alex de la Iglesia té la necessitat, constant en les seves cintes, d'omplir els planols de forma continuada, sense esma. En aquest sentit s'assimila a un Stanley Kubrick sense planificació, dona l'impressió que no se senti a gust amb una profunditat de camp purament neutre i diàfana.

El més destacat de la cinta, doncs, és el comentat amb anterioritat: La crítica sense embuts que es fa de les condicions laborals dels treballadors. Però, tot i ser evidentment explicita, l'atonyinament envers la televisió i la seva manca d'ètica no passen per alt de cap de les maneres. No hi ha cap mena de dubte que de la Iglesia tenia al cap els casos extraordinàriament contemporanis de Canal 9 i Telemadrid com a influència dins la seva cinta. No queda massa ben parada, tampoc, la premsa sensacionalista i la necessitat que aquesta té de crear estrelles fulgurants, per, utilitzar-les primer i destruir-les, sense cap mena de mania després.

M'ha resultat agradable, també, la bona química entre els actors principals del film. Doncs personatges físicament antagònics com Pepon Nieto i com Blanca Suarez desprenen una química realment interessant. La seva relació la utilitza de la Iglesia com a component humà dins una història en certs moments purament Buñueliana.

Raphael actua de manera molt interessant, s'autoparodia de tal manera que el personatge els confon amb l'home. No hi ha cap mena de dubte que se sent molt còmode davant d'una càmera de televisió.

L'ultim film d'Alex de la Iglesia, doncs, resulta correcte, però resulta evident que té moltes mancances, ja que l'obra en el seu conjunt, un cop vista, deixa molt a desitjar.

Irrational Man (2015)

   


Woody's back!. Així de simple. El retorn del millor Allen el celebro de manera efusiva, el trobava a faltar com el beure.

Si bé és cert que la seva anterior cinta Magic on the moonlight no estava malament, no és menys cert que li mancava certa força conceptual, necessitava quelcom que atrapes a l'espectador més enllà d'un interessant guió.

Amb aquesta nova cinta, Allen ens parla de l'avorriment, de la desídia d'una vida monòtona, carregada de dies empalagosament repetitius. I com aquesta desídia ( tan preocupant fins al punt de no valorar la vida mateixa) per donar un tom inesperat quan, gairebé epifanicament, hom troba una raó per poder donar sentit a la vida. Tot i això, Allen ens dóna les claus del perquè els desitjos sobtats acostumen a ser no només contraproduents sinó malvats: Uns segons de goix infinit acostumen a portar conseqüències... nefastes.

Woody Allen ens explica tot això utilitzant aforismes filosòfics que, en cap moment, sonen pedants, ans al contrari, hom entén que aquestes cites ajuden al bon de venir de la cinta fins al seu final.

S'ha de dir, també, que la part més fluixa de la pel·lícula és el final mateix, ja que Allen intenta ser políticament correcte en comptes de donar un gir inesperat de guió com ho va fer amb Match Point.

Amb aquesta Irrational man, Allen es retroba amb el seu cinema mes àgil. L'elecció del repartiment és encertadíssima: Per una banda, el magnific Joaquim Phoenix, actor de diversos registres que adquireix la personalitat d'un professor universitari de filosofia esgotat de la rutina diària i de l'autocomplaença, per altra banda Emma Stone, una actriu amb la qual Allen va treballar en la seva anterior obra i que la seva joventut resulta, per una banda innocent però per una altra banda inquietant, esta fantàstica, ja que equalitza molt bé els moments dramàtics més àlgids de la cinta.

No queda cap mena de dubte que el personatge que interpreta Emma Stone és tant rodó com Nola, d'Scarlett Johansson a Match point, possiblement li manca la complexitat intrínseca que li donava el guió a Nola, però aquesta Jill dona molt de joc a l'argument.

I és que comparar ambdues cintes és possible, si no, inevitable: Les dues es caracteritzen per allò que Hitchcock va mostrar ja fa un grapat d'anys a la seva obra mestra The rope: L'encarnació del model metafísic de Nietchze del superhome: La facilitat que es té en dominar a un altre ésser humà i sentir-se superior a ella ja sigui per una qüestió de raça, sexe o intel·lectual.

Els paral·lelismes són obvis, tot i això, hi ha certs punts diferenciadors entre ambdues pel·lícules del director americà. En una es tracta d'un joc, una necessitat vital per poder tirar endavant una vida monòtona, lineal. En l'altre és una qüestió de supervivència purament instintiva i salvatge.

Allen, no obstant això, en aquesta Irrational Man, va una mica més enllà i intenta mostrar un assassí massa sapastre, que no nomes no aconsegueix eliminar la seva segona víctima sinó que es ell el que acaba sucumbint als seus impulsos.

Resulta confós, tot i l'interessant de la pel·lícula, la seva banda sonora. La musica en les seves cintes d'Allen sempre ha estat un element característic, en aquesta, la majoria del metratge de la cinta sempre sona el mateix tall de Ramsey Lewis, tant en els moments més còmics com en els dramàtics, cosa que deixa a l'espectador, certament desconcertat.

dimarts, 22 de setembre del 2015

Mission: Impossible III (2006)


Sense cap mena de dubte aquesta tercera part de Mision Impossible es la mes ortodoxa de totes les entregues.

Supera amb escreix la infame segona entrega, es troba a prop de la polifacètica primera, però no arriba a l’atmosfera sufocant de la quarta.

Gracies a una historia intrigant, a unes interpretacions extraordinàries ( Hoffman està meravellós), a un guió menys tediós que la primera part, amb uns elements romàntics que no son una rèmora per la narració i sense cap mena d’ínfula de grandesa, J.J Abrams embasta una cinta digníssima d’acció.

L’espectacle visual de la pel·lícula queda patent gracies a un muntatge on rés queda a la improvisació, la edició de la cinta fa que aquesta discorri a una velocitat brutal. Abrams, no obstant, sap deixar anar el peu de l’accelerador però mostrar-nos la part més rutinària de Ethan Hunt. Ens mostra quelcom ningú ens havia mostrat mai en cap entrega de la saga: La humanització de l’heroi.

La punyent necessitat que tenia John Woo en mostrar la brutalitat del cinema amb un muntatge ple de moviments de càmera, plànols innecessaris es el contrapunt a la moderada forma de dirigir que te Abrams: Aquest dona temps a l’espectador per que gaudeixi dels moments mes íntims de l’heroi per després trepitjar de nou el pedal i augmentar l’adrenalina del espectador.

La cinta no es perfecte, la repetició de certs clixés queda patent a l’instant, alguns dels actors secundaris potser no estan a l’alçada, algunes escenes queden desvirtuades per culpa de la manca de rigor físic… però no ens trobem davant d’una cinta d’Antonioni, del que estem parlant es d’un film que intenta enaltir allò que s’anomena el cinema d’acció sense vanitat.

The interview (2014)


Evan Goldberg i Seth Rogen han perdut la oportunitat de realitzar una cinta icònica dins l’escena cinematogràfica.

El que podia haver estat quelcom d’interesant es converteix en un estèril intent de crítica als medis de comunicació sensacionalistes. Els directors opten sortir la cinta d’un excessiu humor xavacà en detriment de l’acidesa, que hagués estat la recepta ideal per aquest conjunt d’ingredients dispars.

La historia té una interesant premissa, però els resultat de la mateixa queden enterbolits per un histrionisme poca solta, sobretot d’un James Franco que exagera exponencialment la seva actuació fins a resultar, en certs moments, patètica.

Seth Rogen aguanta el tipus duran bona estona de metratge, però acaba sucumbint a l’exageració del seu partner i entre els dos aboquen la cinta al desastre.

La pel·lícula parla sobre la manipulació dels estats ( encarnats en aquesta ocasió per un dictador) envers als medis de comunicació, la cosa fins aquí prometia, la veritat. Es desvia tot quan el guió, tendenciosament, deixa de banda l’interès politico-social per adquirir tonalitats masclistes, obscenes i escatològiques.

Dona la sensació que hi ha una norma no escrita en les cintes d’humor que si no hi ha algun d’aquest ingredients tinguin la prohibició de ser estrenades. Es passa per alt la suposada intel·ligència d’un espectador que, si be en algunes escenes puntuals troba que l’humor que s’hi representa te un punt d’originalitat, no es menys cert que la resta queda entelat per la ignominiosa manca de cel d’uns autors desproveït de talent narratiu.

Per altra banda, cal subratllar l’obsessió que tant els directors com els escriptors americans tenen envers els estats allunyats d’ells ideològicament. Si be es cert que el la cinta es critíca (subreptíciament) als Estats Units, aquesta critica queda desvirtuada per els possibles danys colaterals que podria rebre tant la productora com els creadors del film.

Com he comentat anteriorment, te quatre o cinc escenes interesants, les demes, un grapat de bits inconnexes.
English French Spain